Fui a Cádiz y descubrí Gadir.

"El camino siempre es mejor que la posada"

Antes de emprender un viaje, suelo documentarme; procuro toda la información posible, ya sea práctica, cultural o histórica. En este sentido, y, recordando la cita atribuida a Cervantes; el "camino" ha sido muy bueno. Sin embargo, y no pretendo contradecir al insigne novelista, la "posada" no ha sido menos.

Nos adentramos en Cádiz por el puente de la Constitución de 1812 (puente de la pepa), que cruza la bahía de Cádiz. Seguidamente pasamos por  Puerta de Tierra, reducto de la antigua muralla de entrada a la ciudad; actualmente separa el casco  Antiguo de la zona moderna, conocida como "Extramuros". Estos dos monumentos diferencian perfectamente ambas zonas. Tantos siglos de historia a golpe de vista; hermoso espectáculo.

Instalados en un palacete del siglo XVIII, situado en la calle Ancha y convertido en hotel; comenzamos nuestra visita, quizá por el barrio más antiguo de Europa: El Pópulo. Ocupa la extensión de la antigua villa medieval y está delimitado por tres arcos del siglo XIII, de la Rosa, Los blanco y El Pópulo; las antiguas puertas de la villa. Del adoquinado de sus estrechas calles, emanan siglos de historia; por aquí pasaron fenicios, romanos, godos y musulmanes. Entre sus monumentos destaca el Teatro romano, descubierto en 1980 es el segundo teatro más antiguo de todo el Imperio Romano. Si nos adentramos en el barrio, en la plaza San Martín, podemos contemplar la Casa del Almirante; palacio del siglo XVII, de estilo barroco y producto del comercio indiano. Esta encantadora plaza es un buen sitio para tomar algo, especialmente por la noche.

El Arco de la Rosa nos comunica con la plaza de la Catedral de la Santa Cruz. La Catedral fue construida entre 1722 y 1838. Las crisis económicas, así como las invasiones francesas y la posterior pérdida de poder sobre América, provocaron su peculiar estilo (Barroco, Rococó, Neoclásico). En su cripta se encuentran los restos del insigne compositor Manuel de Falla, así como los del escritor José María Pemán. En el exterior destaca su famosa cúpula; cubierta de azulejos dorados, si estos dos términos ya resultan contradictorios (oxímoron); no lo fue menos su utilización. Se quiso dar un aspecto de poder, que no se correspondía con las crisis económicas y los conflictos que las originaron. Como curiosidad, se puede observar, en el pavimento de la plaza y justo delante de la Catedral, la planta de esta. El dibujo esta hecho a escala con piezas de mármol blanco que destacan con el resto del material.

El Arco del Pópulo  ─también puerta del mar─ nos comunica con otra histórica plaza: San Juan de Dios. Fue también plaza Mayor y en un principio se le denominó de la Corredera. Aquí tuvo lugar una fuerte actividad urbana y comercial, fruto del creciente comercio Americano. En la plaza se ponían a la venta muchos productos exóticos que traían a la ciudad las flotas de Indias. Entre sus edificios, destaca el Ayuntamiento; construido en 1799 sobre el emplazamiento de las anteriores Casas Consistoriales y de estilo neoclásico. Como dato anecdótico, no fue hasta 1936 cuando se izó la bandera de Andalucía. También son dignos de mención la Iglesia que da el nombre a la plaza, así como la Casa de los Pazos Miranda.

Otra plaza muy popular es la Plaza Topete, más conocida como de las flores. Debe su nombre al gran número de puestos de flores que aquí se establecen. Es también punto de encuentro para las actuaciones de carnaval. En el centro de la plaza se erige una estatua en homenaje a Columela; notable escritor romano, nacido en Cádiz en el 4 d. c. Su obra es considerada el repertorio más amplio y documentado sobre agricultura Romana. A la izquierda de Columela y cerrando la plaza, se levanta el espectacular Edificio de Correos; inaugurado en 1930, es una obra de formas eclécticas regionalistas, realizado en ladrillo con elementos decorativos de cerámica vidriada. El ala izquierda del edificio da a otra plaza, llamada de la libertad. En ella se encuentra el Mercado Central de abastos, fue inaugurado en 1838; aunque debe su imagen actual a la reforma impulsada por el alcalde Ramón de Carranza, en 1928. Las obras fueron encargadas al gran arquitecto sevillano Juan Talavera y Heredia.

Si algo llama la atención al recorrer las estrechas calles de la ciudad vieja, sin duda son sus torres vigía. La más famosa es la Torre Tavira; con sus 45 mts sobre el nivel del mar, es el punto más alto del casco viejo. Está situada en la casa de los Marqueses de Recaño; esquina entre las calles Marqués del Real Tesoro y Sacramento. Fue construida en el siglo XVIII, de estilo barroco. Recibe el nombre de su primer vigía; el teniente de fragata Antonio Tavira. Fueron construidas para avistar los navíos que llegaban a puerto. El siglo XVIII fue un período muy fructífero para la ciudad: Cádiz vive un importante movimiento comercial con las llamadas Indias Occidentales, al ser trasladas en 1717 desde Sevilla la Casa de Contratación y el Consulado de Indias. Actualmente alberga la Cámara Oscura, así como dos salas de exposiciones y un mirador, desde el cual puede observarse todo el casco histórico de la ciudad.

Es hora de comer, y, nada mejor que el popular barrio de la viña. Debe su nombre a que en este lugar se cultivaba la vid. Más tarde fue habitado por pescadores; hoy es uno de los barrios más concurridos de la ciudad, donde podemos degustar los típicos platos de la gastronomía gaditana. Un lugar de paso obligado es la Taberna Casa Manteca. La viña es también uno de los centros neurálgicos del carnaval.

No podemos marcharnos de la viña sin visitar la Caleta, es la paya de menor extensión de la ciudad y aislada del resto. Fue puerto natural donde fondearon barcos fenicios, cartagineses y romanos, también ha sido escenario de películas de cine. Flanqueada por los castillos de Santa Catalina y San Sebastián, de singular belleza, sus aguas bañan arena dorada y fina. Los gaditanos la consideran como uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Muy recomendable contemplar la puesta de sol desde este lugar.

Podemos seguir disfrutando de las vistas, siguiendo nuestro recorrido por Campo del Sur y su Paseo del Vendaval. Donde las olas rompen sobre las piedras ostioneras que refuerzan el malecón. En la otra parte, la que da a la bahía, se encuentra otro bellísimo paseo; la Alameda Apodaca, de estilo regionalista. Destaca su cerámica vidriada y la forja de hierro en bancos y farolas. Pasear por esta alameda, sentarse en uno de sus bellísimos bancos, nos transporta al siglo XIX.

Salimos de la Alameda y nos encontramos con la Plaza de España. Aquí se alza uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad: el Monumento a la Constitución de 1812. Realizada por los arquitectos Modesto López Otero y Aniceto Marías, se levantó en 1912 con motivo de la celebración del primer centenario de la proclamación de las Cortes Españolas en la ciudad de Cádiz. Obra alegórica sobre la guerra, la paz, la agricultura, la industria y la resistencia gaditana durante la guerra de la Independencia. Son notables también la Casa de la Aduana y la Casa de las cinco Torres, ambas del siglo XVIII.

Pero si queremos saber más sobre la Pepa, hay que visitar el Museo de las Cortes de Cádiz. El Museo Iconográfico e Histórico de las Cortes de Cádiz ─este es su nombre completo─ acoge abundantes objetos de los siglos XVIII y XIX, relacionados en su mayor parte con el asedio a la ciudad por las tropas napoleónicas. Entre sus valiosas piezas destaca la maqueta de la ciudad, de caoba y marfil, realizada por el ingeniero militar Alonso Jiménez en 1777 por encargo de Carlos III. Ubicada en la sala principal del museo y presidida por un gran lienzo, obra de Salvador Viniegra, que representa la promulgación de dicha constitución.

A cinco minutos, caminando, se encuentra otro no menos importante museo: Museo de Arqueología, Bellas Artes y Etnografía, más conocido como Museo de Cádiz. El edificio, situado en una histórica plaza ─Plaza de Mina─ está construido sobre terrenos desamortizados del convento de San Francisco, siglo XIX. Recientemente reformado, cuenta con tres secciones: Arqueología, Bellas Artes y Etnografía. En Arqueología lo más destacado son los sarcófagos antropoides fenicios y los hallazgos de la época romana. En pintura encontramos obras de Zurbarán, Alonso Cano, Rubens, Juan Carreño de Miranda, Murillo, Zuloaga, Gregorio Prieto... Imprescindible su visita para conocer Cádiz. Para conocer la ciudad: adentrase en sus calles, plazas, y, por supuesto su extraordinario Mercado de abastos. Pero si queremos saber y conocer su historia, entonces hay que visitar sus Museos.

Se acaba nuestro viaje, pero no quería marcharme sin visitar la histórica Plaza de San Antonio, aquí se proclamó la Constitución de 1812. También fue escenario de la sangrienta represión del movimiento liberal de 1820.

Volvemos a casa, pero, con la "maleta" un poco más llena... Cádiz es sorprendente; su gente, su cultura, sus monumentos...

         Fui a Cádiz..., descubrí Gadir.



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